viernes, 21 de agosto de 2009

Ausencia

Entré porque la puerta estaba abierta y nadie apareció para decirme que no lo hiciera. Supuse que no estaban en la casa, porque nadie llego a recibirme.
Ya son varios los años desde que me fui, deseaba con ansias volver a ver sus caras, pero nadie llegó a mi encuentro, sé que me fui y que no me despedí, pero esperaba que ya no lo recordaran, o que al menos me hubiesen perdonado.
Atravesé en largo pasillo de la antigua casa patronal, pero nada, al parecer no había nadie en casa. Llegué a mi pieza, seguía tal cual como la había dejado el día en que me fui, parecía como si nadie hubiese entrado en años.
Dejé mi bolso en el suelo y observe al viejo Misifús, quien como siempre dormía placidamente en mi cama, al parecer fue el único que se alegró con mi llegada.
De pronto escucho que una multitud entra por el pasillo, son ellos, los extrañaba...quería pedirles perdón por mi partida, perdón por no dar señales en tantos años, abrazarlos y decirles que no volvería a irme.
Nada fue como esperaba, se acercaron y pude ver sus caras con más precisión, mi mamá sigue igual, como si los años no pasaran por ella, Luis, mi hermano, está grande, alto, fornido y con barba, Josefa, mi pequeña hermana, ya es toda una mujer, cuando me fui tenia sólo 4 años... pero nada.... pasaron por mi lado y no notaron mi presencia, como si no estuviese ahí, les grité,les pedí perdón, por mi ausencia, por mi partida, pero nada... seguían ahí como si nada.
Aún así me quedaré, aunque no me miren, aunque no sepan que estoy aquí, aunque sea sólo para poder mirarlos y sentirme más tranquila, para sentir que no los dejé otra vez.

2 Personas ociosas:

Anónimo dijo...

Me encantó. Lo escribiste tu?
esta genial.
texi

Paula Vargas Obregón dijo...

te felicito mujer en verdad la redacción y ritmo del texto es muy bueno.

un abrazo
gracias por el reloj