Hace un poco menos de un mes voy a clases de pilates en el polideportivo de Ñuñoa, varasamente porque no pago nada, y tampoco pienso hacerlo, en fin...
Junto con mi hermana somos las "jovencillas" de las clases, pero a pesar de ello, hay abuelitas que se toman en serio esto de hacer ejercicio.
Hay algunas que llegan con su colchoneta personal, o a falta de esto una toalla para no dejar las colchonetas transpiradas, y su buen buso.
Pero al llegar no se sientan como yo a esperar que empiece la clase... nooo!!!, se ponen a elongar, a hacer los ejercicios de la clase anterior, o al menos intentar hacer algo parecido, son cuaticas.
Comienza la clase, llega la profe, una señora cincuentona, regia... de un físico que se lo quisiera cualquiera, y con una voz de niña de 10 años, bailarina de toda la vida, kinesiologa y profesora de pilates, seca... Y obvio, le salen todos los ejercicios que hace, yo hago el intento, pero hay señoras que NADA, a pesar de sus elongaciones y cosas... NADA...
En fin, me caen bien las abuelitas, son las típicas abuelitas choras que carreteaban en la Kamasu, y que van a viajes del SERNATUR, son topisimas. Cuando viejita, quiero ser como ellas.
lunes, 29 de diciembre de 2008
Pilates
martes, 16 de diciembre de 2008
De regreso
Extrañaba escribir aquí, pero no sabía qué decir, y de hecho aun no lo sé, pero me gusta sentir que estoy escribiendo en mi blog.
Hay momento en que sólo quiero huir, y alejarme de todo y de todos, pero hay algo que me tira, y me obliga a seguir aquí, a seguir escuchando cuando me hablas de ella, a seguir escuchando tus falsas ilusiones, a seguir creyendo que algún día me visitaras, y podré conocer esa felicidad.
Pero aquí nada es verdad y todo es mentira, no debo esperar nada de ti, ni de nadie, ni si quiera de mi misma, es mejor tomar mis cosas, seguir mi camino y no mirar hacia atrás.
Falta cada vez menos para escapar de aquí y de ti,
será para mejor, ¿verdad?
wea depresiva... así no soy yo... pero necesitaba escribir algo depresivo
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