lunes, 29 de diciembre de 2008

Pilates

Hace un poco menos de un mes voy a clases de pilates en el polideportivo de Ñuñoa, varasamente porque no pago nada, y tampoco pienso hacerlo, en fin...
Junto con mi hermana somos las "jovencillas" de las clases, pero a pesar de ello, hay abuelitas que se toman en serio esto de hacer ejercicio.
Hay algunas que llegan con su colchoneta personal, o a falta de esto una toalla para no dejar las colchonetas transpiradas, y su buen buso.
Pero al llegar no se sientan como yo a esperar que empiece la clase... nooo!!!, se ponen a elongar, a hacer los ejercicios de la clase anterior, o al menos intentar hacer algo parecido, son cuaticas.
Comienza la clase, llega la profe, una señora cincuentona, regia... de un físico que se lo quisiera cualquiera, y con una voz de niña de 10 años, bailarina de toda la vida, kinesiologa y profesora de pilates, seca... Y obvio, le salen todos los ejercicios que hace, yo hago el intento, pero hay señoras que NADA, a pesar de sus elongaciones y cosas... NADA...
En fin, me caen bien las abuelitas, son las típicas abuelitas choras que carreteaban en la Kamasu, y que van a viajes del SERNATUR, son topisimas. Cuando viejita, quiero ser como ellas.

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